Cada vez es más importante la migración de lo físico a lo digital, haciendo que muchas gestiones y procesos resulten más simples, económicos y efectivos. Un ejemplo de ello es la votación electrónica, que se ha convertido en una buena alternativa para tomar decisiones democráticas en empresas y organizaciones de todo tipo. De hecho, se ha demostrado que la votación electrónica resuelve múltiples problemas que afectan a las votaciones presenciales (tradicionales). Por esto, en la siguiente nota queremos presentar los conceptos fundamentales y algunas características que se deben tener en cuenta a la hora de planear un proceso de votación.
El impacto que ha tenido el voto electrónico en las empresas ha causado que estas puedan realizar procesos electorales mucho más ágiles. Por ejemplo, elecciones como el Comité Paritario o Comité Bipartito (Para elegir los representantes de los trabajadores), hoy pueden realizarse online, evitando de esta forma la pérdida de tiempo, organización, productividad y recursos que implica una votación presencial. Con una votación en línea, da lo mismo que los trabajadores estén distribuidos geográficamente por todo el país o que se encuentren en teletrabajo, ya que pueden participar con la misma dinámica de la presencia, independiente de las circunstancias. Además, no se requiere mayor logística y para las empresas termina siendo más económico. Lo mismo para los sindicatos y en general cualquier otra organización.
Cabe destacar que en Chile son cada vez más las organizaciones que utilizan este tipo de sistemas, pero todavía la gran mayoría tiene el desafío de implementarlo en todos sus procesos electorales de forma permanente y constante, fomentando la democracia en las organizaciones.
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Utilizar un software de votaciones electrónicas es una manera práctica para realizar y gestionar las votaciones de un grupo de personas acerca de un tema específico, incluso a distancia. Para garantizar la seguridad del proceso, el software debe disponer de mecanismos seguros de identificación de personas como credenciales de usuario y contraseña o validación de documento de identidad. Para mejorar el nivel de seguridad, se debe contar, además, con mecanismos de doble factor de autenticación donde se utiliza el teléfono celular o la casilla de correo electrónico del votante para corroborar que las identidades no serán falsificadas en el proceso. Cabe resaltar que, para evitar cualquier tipo de fraude, el votante solo votará una vez, ya que existe un registro y un revisado meticuloso y eficiente de todo el proceso para preservar el sentido del voto.
Ahora bien, para prevenir cualquier manipulación sobre los votos depositados en el sistema, se ha implementado una combinación de mecanismos de encriptación simétrica, asimétrica y algoritmos de hash que mantienen los votos libres de cualquier intento de espionaje y ofrece la garantía de que los resultados se mantienen inalterables.
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